El gobernador de Boyacá, Carlos Andrés Amaya Rodríguez, podrá ceder lote a Centro de Rehabilitación Integral de Boyacá, Crib. La decisión se tomó por unanimidad en la Asamblea departamental luego de surtido el proceso de análisis y debate del Proyecto de Ordenanza 018 que contempla que el predio, donde actualmente funciona el hospital psiquiátrico (kilómetro 1 vía Soracá-Tunja), será utilizado para un centro médico especializado en salud mental, con el fin de atender las necesidades puntuales en este ámbito y prestar un servicio acorde con los requerimientos de los boyacenses.

De acuerdo con el diputado Jorge Eliécer Cortés, además de lo anterior el Crib ahora contará con una unidad especial para las personas que necesiten rehabilitación por consumo de estupefacientes.

“Aprobado este proyecto, se procede a realizar los estudios, diseños y formulación de la construcción, acciones que antes no se podían adelantar porque el predio no era propio. El proyecto contará con recursos propios, del gobierno departamental y el nacional para intervenir las 7 hectáreas del lote”, agregó el asambleísta.

En dos meses a más tardar se podrán iniciar las acciones sobre el predio donde los costos aproximados serán entre 17 mil y 20 mil millones de pesos.

La diputada Yuly Paola Acuña también se refirió al tema e indicó que con este proyecto Boyacá deja de estar entre los más relegados del país por no tener un centro especialista como el que se ha planteado.

Extraoficialmente se conoció además que el gobernador ya adelantó diálogos con el ministerio de Salud para garantizar los recursos en el sitio.

Reacción ciudadana

Aunque la ciudadanía ve con buenos ojos la intervención, hay voces a las que no les convence del todo el proceso, no por recursos sino porque aseguran que en temas de salud mental y consumo de estupefacientes hay mucho más por hacer.

Miguel Flores, por ejemplo, es un líder social de Tunja que ha hecho diferentes propuestas a la administración local y el mismo Concejo municipal, con el fin de generar estrategias más eficaces.

“Hay un incremento innegable en el consumo de estupefacientes, pero no es suficiente un proceso de desintoxicación, es necesario una rehabilitación social, crear un proyecto de vida, una mejor realidad y eso se logra organizando una ciudad con trabajo interinstitucional, donde una posibilidad sería habilitar la actual terminal de transportes de Tunja en un centro de desarrollo infantil”, indicó el ciudadano.

Agregó que la realidad cambiará cuando las políticas públicas se apliquen y haya compromiso institucional.

¿Por qué tener un predio propio?

Jairo Santoyo, director del Crib, por su parte explicó para Energía Positiva la urgencia de tener este predio como propio y lo que viene para el mismo.

Según el funcionario, el Centro es un hospital público cuya infraestructura tiene cerca de 50 años, pero no se le había podido hacer inversión porque el predio no era propio. Tampoco se podían gestionar recursos por la misma situación.

“Estamos funcionando con instalaciones antiguas, dañadas, ahora se podrá construir un nuevo hospital con más funciones como la de atender a pacientes con problemas de consumo de estupefacientes, en tres fases que incluye tratamientos para controlar la adicción”.

El Crib actualmente tiene 105 camas habilitadas para pacientes, que en ocasiones no dan abasto para los pacientes que hay que atender en toda la región, cuyos principales patologías son trastorno bipolar, depresión, esquizofrenia afectiva, esquizofrenia, entre otros.

En cuanto al consumo de estupefacientes, Santoyo aseguró que el consumo es latente y ha aumentado en los últimos años en Boyacá, sin embargo no era atendido en la región por carecer de un centro integral de atención a personas que consumen.